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domingo, 18 de febrero de 2018

Still/ Born


Still/Born (Canadá, 2017), de Brandon Christensen. Mary (Christie Burke) pierde a uno de sus gemelos durante el parto, lo cual le provoca un severo trauma con el cual tiene que lidiar, al mismo tiempo que trata de cuidar a su nuevo hijo, Adam, y adaptarse a la vida en una nueva casa. Pronto, la mujer sospecha que su bebé es acosado por una suerte de demonio ladrón de niños; no ayuda que su esposo, como es obvio, no le cree y tiene que ausentarse por varios días debido a cuestiones de trabajo. En la soledad de su hogar, cada vez más amenazante, Mary tiene que enfrentarse con un fenómeno que desafía su cordura. Película de horror que juega a convertir lo sobrenatural en una suerte de consecuencia del estrés posparto, como ocurre en cintas modélicas como El bebé de Rosemary. Still/ Born está impregnada de ambigüedad y misterio y hay en ella varios momentos de genuino terror, como en la escena de la bañera o en el plano del ducto de ventilación y lo que oculta. No tiene concesiones y sigue con crueldad la decadencia de su personaje central, quien no puede distinguir la lucidez de la locura. Lo que puede reprochársele es su toma de partido en la escena final, cuando trata de reivindicar lo que antes había cuestionado: la salud mental de una heroína quien, en sus mejores momentos, tendía a confundirse con la villana.    

lunes, 12 de febrero de 2018

The Post


The Post: los oscuros secretos del Pentágono (The Post, Reino Unido| EUA, 2017), de Steven Spielberg. Uno de los directores norteamericanos por excelencia vuelve a dar muestras de la variedad de su registro, que va de la fantasía hasta el drama, con esta película acerca de los entresijos del poder político y la prensa. La película se centra en un caso real: la filtración de un informe secreto del gobierno de los EEUU en el cual se revela que era imposible ganar la guerra de Vietnam. Sin embargo, a pesar de las evidencias, los diferentes gobiernos que tuvieron que lidiar con el conflicto, de Johnson hasta Nixon, sin olvidar al inmaculado John F. Kennedy, ocultaron a los ciudadanos que la guerra estaba perdida (lo cual no les impidió seguir con el envío de tropas). Así, la cinta cuenta cómo el informe llega a las manos de los directivos de The New York Times y The Post y cómo ambos deciden publicarlo, con todos los riesgos que implica enfrentarse con la censura gubernamental y sus represalias; como su nombre lo indica, el filme se centra sobre todo en el caso del segundo periódico. Si bien la complejidad de la política durante la Guerra fría es reducida aquí a una suerte de ciego orgullo norteamericano (los EEUU habrían mantenido a sus tropas en Vietnam simplemente para no quedar mal frente al mundo), lo mejor de este nuevo relato de Spielberg lo encontramos en las ideas que gravitan en torno al personaje de Meryl Streep, Kay Graham, la dueña de The Post: el verdadero riesgo de publicar información que ponga en evidencia al gobierno lo corren los dueños del periódico, no tanto los editores o los reporteros, porque aquellos tienen que responder ante los empleados de la empresa y sus familias; en cambio, el prestigio del editor y sus reporteros brilla con más fuerza en tiempos de adversidad, persecución y censura. De ahí que The Post sea en sus mejores momentos un alegato feminista, que muestra a Graham como un ejemplo de mujer luchadora. Una idea que no se pone en boca de nadie, sino que se sugiere por medio de escenas clave, con una técnica que recuerda a la Clarice Starling (interpretada por Jodie Foster) de El silencio de los inocentes. De la misma manera que la joven estudiante del FBI se adentraba en un mundo masculino, así Kay Graham tiene que enfrentarse a los hombres que desconfían de ella. O bien, ser rodeada y reconocida como referente por otras mujeres, como en esa escena de la escalinata. Acaso demasiado complacida con la historia de la prensa norteamericana, aunque no por ello carente del interés habitual de las películas de Spielberg.

domingo, 4 de febrero de 2018

La región salvaje

La región salvaje (México| Dinamarca| Francia| Alemania| Noruega| Suecia, 2016), de Amat Escalante. La historia de la influencia (benefactora y atroz) que un monstruo tentacular extraterrestre tiene entre un conjunto de personajes, que habitan una ciudad de la provincia mexicana. Desafiante película acerca de la aventura (nunca mejor dicho) que una joven madre y esposa frustrada, Alejandra (Ruth Ramos), tiene con la criatura en cuestión, misma que una pareja de científicos mantiene oculta en una cabaña del bosque. Hasta ahí llegan varios personajes para probar las artes amatorias del monstruo, mismo que resulta ser mucho mejor amante que Ángel (Jesús Meza), el marido golpeador y alcohólico de Alejandra, un tipo que para colmo es homosexual de clóset. Y esa es la gran ironía de la cinta y a la vez su gran alegato: cómo un monstruoso alien puede ser una influencia mucho más positiva para la vida de una joven mujer mexicana, víctima de maltratos y sumida en el hastío. La historia de los personajes es de lo más común, aunque es en el trasfondo, la explicación detrás de las muertes y la violencia, donde está lo novedoso, una osada película erótica que lleva hasta el límite la cercanía, tantas veces tratada, entre el erotismo y la muerte.  Se ha comparado la película con Posesión, la delirante película de horror de Andrzej Zulawski, donde también hay una mujer que emprende una relación con una misteriosa criatura. No obstante, no hay mayor misterio: Escalante dedica la película al director balcánico, sí, aunque su película es mucho menos críptica; por el contrario, es transparente en su propuesta: mostrar ese México violento donde los machos juegan al homosexual pasivo y detentan una feroz homofobia, al mismo tiempo que marginan y humillan a sus mujeres. Sin embargo, la película se rebela contra la idea de un monstruo-dios providencial y justiciero, porque la criatura parece replicar ciertas conductas humanas que nos llevan a una conclusión brutal: puede que el éxtasis sí caiga del cielo, pero con él viene también la destrucción y el dolor de todos los días.